Camino de Invierno a Santiago. 7ª Etapa: Monforte de Lemos- Chantada

Andar no es un deporte. Poner un pie delante de otro es un juego de niños. Cuando dos caminantes se encuentran, no es cuestión ni de resultados ni de números: uno le dirá al otro qué camino ha tomado, qué sendero ofrece el paisaje más hermoso, qué panorama se contempla desde tal o cual promontorio.

Gros, Fréderic. Andar, una filosofía, Taurus 2014

En nuestra séptima etapa, la más larga de este camino,  vamos desde el puente medieval de Monforte al puente sobre el Miño de Belesar. Desde ahí una fuerte subida hasta San Pedro de Lincora y un suave descenso hasta la villa de Chantada a la que entramos desde el barrio de A Ponte. La ruta transcurre principalmente por el asfalto de diversas carreteras locales, algunas pistas forestales, diversas sendas y un tramo de calzada romana de unos 500 m. Durante la etapa pisamos los términos municipales de Monforte, Panton, Saviñao y Chantada. Han sido un total de 32,27 km en un recorrido muy variado con un punto álgido en nuestro reencuentro con el Sil en el imponente mirador del Cabo del mundo.

Salimos de Monforte por el puente medieval en dirección hacia  el Campo de Santo Antonio dejando a la derecha el convento de las Clarisas, la Casa do Concello y la antigua Rúa Abeledos.
Alternamos tramos de carretera (la LU-P-3204) con caminos. Llegamos a A Vide y luego a A Lagoa, A Corga, Os Campos y Pacios. La ruta entra en O Regueiro, salvando un pequeño riachuelo por un pasadizo de piedras. En época de lluvias son frecuentes las inundaciones en parte de estos tramos, completamente llanos. Cruzamos un pequeño núcleo y llegamos a la Iglesia de San Salvador de Moreda, con un salón parroquial porticado y Crucero. Al otro lado de la carretera un espacio multiusos con escenario y un peto de ánimas.  Después de Moreda (su castro se eleva a la derecha) entramos en el municipio de Pantón. La carretera continúa en suave ascenso hasta Broza.Continuamos por la carretera y  en O Reguengo nos sorprende su magnífico pazo; en Castrotañe, las piedras del camino, quizás procedentes de una calzada romana; en Piñeiro, su arquitectura popular de plaza, fuente y lavadero. Aquí, km 11 de nuestro recorrido paramos en la fuente para una fruta y nos encontramos con Lee, una estadounidense que comenzó el Camino Francés en Pamplona y desde Ponferrada siguió por el de Invierno. Continuamos con ella un buen rato.

Pasamos por  San Vicente de Castillón, con más restos romanos. Seguimos cobijados por las grandes sombras de los carballos y avanzamos por O Outeiriño, Virís, O Camiño Grande -ya en tierras de O Saviñao-, tras unos cientos de metros por una pista en cementada volvemos a la carretera LU-P-4112 encontrándonos con el lugar de A Barxa, cruzamos el núcleo de Rendal, y luego San Martín de A Cova y Fontela.

Desde Fontela nos separamos del Camino unos 400 para bajar hacia el mirador del Cabo do Mundo, una de las vistas más hermosas que se pueden contemplar de un amplio meandro en el Rio Miño.

Retomamos nuestra ruta en Fontela y pasamos —entre otras aldeas—  por Rosende, Vilaravides, Vilatiñosa, Mourelos y O Cerdeiro hasta que descendemos hasta Diomondi. Antes de tomar el camino de los codos de Belesar nos detenemos en la Iglesia de San Paio de Diomondi donde nos impresiona el románico de su iglesia.

La Iglesia de San Paio de Diomondi, de origen abacial, fue construida en el siglo XII y es un magnifico ejemplo de románico compostelano. Destacan en la fachada cuatro arquivoltas torales sobre columnas con capiteles historiados. Tiene anexa la casa rectoral y un ábside semicircular de exquisitas proporciones.


Bajamos hasta el puente de Belesar sobre el Miño por los Codos de Belesar, un trazado que va sorteando las fuertes pendientes con un trazado en zigzag. El nombre hace referencia a una antigua calzada romana de la que se conserva parte del empedrado.  Acompañados por los bancales terrazas  o socalcos, los viñedos cuelgan en terrazas desde la cima hasta el cauce del Miño.  Entramos en Belesar, donde hubo un antiguo hospital y paramos para un bocado y continuar la marcha.

Reanudamos la marcha cruzando el puente sobre el Miño y nos encontramos, por primera vez con Elena Domínguez y Vicente Ibarra, que bajan corriendo por el camino de Chantada. Los reencontraremos subiendo de nuevo a Chantada y , finalmente, por las calles de Chantada poco después de nuestra llegada. Comenzamos la subida por otro tramo de Calzada romana que corta la actual carretera y deja a sus márgenes los viñedos que bajan desde la cima de la montaña. Antes de llegar al núcleo de A Ermida comienza a llover con fuerza y nos refugiamos en la Bodega Vía Romana. Al poco de estar bajo el porche de la bodega llega Luis y nos invita a pasar y a esperar a que amaine el temporal con un vinito de su bodega. Pasamos un buen rato y continuamos la marcha.

Al salir de la carretera y tomar un camino a la derecha que lleva hasta un molino abandonado y un paso por un arroyo con una pasarela de piedras comienza de nuevo a llover, primero suavemente, después con gran intensidad, nube de granizos incluida antes de llegar a la carretera de San Pedro.  Aguardamos un rato bajo un monumental roble pero la tormenta continúa. Salimos del bosque y por la carretera llegamos a San Pedro de Líncora —ya en el municipio de Chantada, también con hospital en la Edad Media—,  nos refugiamos en los porches de unas casas pero la lluvia continúa. La carretera comienza a inundarse, por lo que decidimos hacer a paso rápidos los 2 km de camino que queda. En medio de la riada  llegamos a Chantada por el barrio de A Ponte y por la señorial Rúa Dous de Maio, tomamos el camino de nuestro alojamiento ya completamente empapados.

En resumen, ha sido un día muy largo, en el que hemos tenido momentos de gran disfrute y en el que,por primera vez en este viaje, nos ha pillado la lluvia con total intensidad.

Todo el recorrido de hoy, mayoritariamente por el arcén de la carretera ha quedado grabado en este track.

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