P.N. Sierra de Grazalema: Ida y vuelta por el Sendero del Pinsapar en la Sierra del Pinar

Dejad los grandes caminos, tomad los senderos

Pitágoras

Para la realización de esta actividad se requiere autorización administrativa obligatoria que se puede obtener en el Centro de Visitantes de El Bosque o a través de la página web del «Tramitador de autorizaciones en senderos sometidos a cupos». Del 1 de junio al 15 de octubre no se concede permiso a particulares por el riesgo de incendios.

El Itinerario discurre por el Área de Reserva del Parque Natural Sierra de Grazalema, por lo que su realización podría estar limitada normativamente por motivos de conservación del entorno.

El sendero del Pinsapar es una de las rutas más emblemáticas del P.N. Sierra de Grazalema y es una ruta lineal que transcurre entre los términos municipales de Grazalema y Benamahoma con una distancia de unos 12 km. En nuestro caso vamos a hacer un recorrido de ida y vuelta partiendo desde el Aparcamiento de Las Canteras (Grazalema) y llegaremos hasta el paraje conocido como los Llanos del Viento, una zona de bosque mediterráneo húmedo (quejigos y encinas) en la que los pinsapos aparecen ya muy dispersos y en la que hay un área recreativa. Desde este punto retomaremos el camino inverso que nos dejará en el aparcamiento de Las Canteras.

Comenzamos nuestra ruta en el aparcamiento de Las Canteras y, provistos de nuestra autorización correspondiente, nos dirigimos hacia la cancela de entrada al Sendero del Pinsapar que nos lleva a un pinar de repoblación con sotobosque de carrascas, encinas jóvenes y matorral mediterráneo. El sendero serpentea en subida hacia el Puerto de las Cumbres a lo largo de 1,5 km en los que superaremos unos 220 metros de desnivel. Llegados al Puerto nos desviamos hacia la derecha y aprovechando que el día está muy claro disfrutamos de las hermosas vistas. Al frente, el Reloj y el Simancón en la Sierra del Endrinal. Abajo, Grazalema y el embalse del Fresnillo. A nuestra derecha tenemos el sendero que vamos a seguir, con el San Cristóbal en primer término, el pinsapar en las laderas del Torreón y al fondo vemos Algodonales y Zahara de la Sierra.

Desde el Puerto de las Cumbres el sendero continúa subiendo un poco para salvar un barranco y ya nos vamos encontrando algunos pinsapos dispersos, algunas pedreras hasta alcanzar una peña con buenas vistas sobre los llanos de Rabel, el Cerro de los Ballesteros y el imponente San Cristóbal. Continuamos por el sendero hasta encontrar un desvío señalizado por el que llegaremos a uno de los muchos pozos de nieve que se construyeron en la Sierra de Grazalema para almacenar la nieve caída en invierno y recuperarla en verano para conservar los alimentos y refrescar las bebidas. Actualmente está cubierto de maleza pero su diámetro nos sirve para hacernos una idea de su magnitud. Un panel informativo nos cuenta su funcionamiento y data su construcción entre los siglos XVII y XVIII.

Seguimos el sendero para entrar de lleno en el bellísimo pinsapar. Pasaremos algunos tramos con tajos a la derecha sin excesivo peligro y en un momento estaremos bajo un denso bosque de pinsapos que se prolonga durante un par de kilómetros. Durante la caminata, ya en franco descenso, cruzaremos por varias torrenteras y pedreras donde podremos observar la fuerza y la erosión que provoca el agua entre desprendimiento de rocas y árboles caídos de forma caótica. Algo más adelante encontraremos un panel informativo sobre el carboneo y otras formas de subsistencia tradicional y entraremos en una zona que muestra la evolución del pinsapar hacia la madurez y un panel informativo nos explica que la madera en descomposición permite la regeneración del bosque.

La vereda se hace más amplia y los pinsapos comienzan a clarear dando paso a quejigos y encinas de troncos retorcidos y cubiertos del musgo. Sorprende el llamado Quejigo del Gnomo con su tronco agujereado y bulboso. Finalmente, llegamos a los Llanos del Viento en los que, bajo dos encinas, hay un par de bancos con hermosas vistas sobre las caídas de la Sierra del Pinar en las que se intuye el Torreón, pico más alto de la provincia de Cádiz. Tras un breve refrigerio, emprendemos el camino de vuelta por el mismo sendero que nos ha traído hasta este punto.

En resumen, han salido unos 13,5 km de una dificultad media alta, en un paisaje de gran belleza en un día perfecto para la práctica del senderismo y en la que hemos podido disfrutar a lo grande de estos bosques autóctonos tan gratos para el disfrute de un paseo tomando un Shinrin Yoku (Baño de bosque).

Aunque el sendero está perfectamente señalizado y está estrictamente prohibido salirse del mismo, todo nuestro recorrido ha quedado grabado en este track. Para finalizar algunas recomendaciones: la cobertura de móvil es bastante deficiente y en ocasiones nula. Algunos pasos por las laderas están muy cerca de los tajos, por lo que toda precaución es poca. Si se decide continuar el sendero hasta Benamahoma, en el entorno de la fuente de los Jarritos hemos visto algunos anuncios de taxis.

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