Todos los recorridos son diferentes, pero cuando miro atrás, descubro un rasgo que comparten todas mis caminatas: un silencio interior. El andar y el silencio van unidos. El silencio es abstracto; caminar, algo concreto.
Erlin Kagge, Caminar: las ventajas de descubrir el mundo a pie. Ed. Taurus
El camino de los faros de la Costa de la muerte es una ruta senderista de algo más de 200 km que une Malpica con Fisterra en ocho etapas. En nuestro caso, vamos a hacer ese recorrido en diez etapas ya que la planificación «oficial» nos parecía, sobre el papel excesivamente exigente. A la vista de la primera etapa (con el recorrido «oficial») nuestros temores se han confirmado. Pero no adelantemos acontecimientos.
A las 8:30 de la mañana ya estábamos en movimiento. El 16 de junio es la festividad de San Adrián (Santo Hadrian) y si la festividad cae entre semana, el siguiente domingo se celebra una romería con exvotos, pólvora a raudales y todos los requisitos. Como el recorrido de la romería coincide parcialmente con nuestra ruta no nos quedaba más remedio que ponernos en movimiento y tratar de seguir la procesión a nuestro ritmo.
Comenzamos la ruta en el bonito puerto de Malpica junto al trasgo que marca el km 0. Salimos del puerto junto a un crucero y enfilamos el paseo marítimo junto a los feligreses que se dirigían a la ermita de San Adrian. Pasamos por la playa de Area Maior y un camino ascendente, bastante amplio, nos lleva a la playa de Seaia, pasamos por la Fonte de Navenllos, la de los Romeiros y llegamos a la ermita donde hay ya gran aglomeración de fieles y los consabidos negocios de restauración (churrerías, pulperías, bares, cafés y vendedores varios. Junto a la ermita hay un bonito mirador con vistas a las Islas Sisargas donde hay un bonito faro. Junto al mirador, la consabida flecha verde nos dirige a una estrecha senda que baja hacia el mar embravecido.

















Comienza a lloviznar nada mas entrar al sendero, bordeado por helechos de mediana altura que, a veces, resulta simpático pero un tanto enojoso porque están húmedos y la lluvia empieza a empaparnos. Así pasamos el monte Bico do Castro, el regato Laguixón, llegamos a la bonita playa de Beo, una fuente muy estilosa y un area recreativa donde hacemos una parada para tomar una fruta y reponer fuerzas. Cruzamos por el pueblo de Beo, la lluvia nos da una tregua, y continuamos hasta Castro de Entretorres hasta alcanzar la playa de Seiruga. En este punto tenemos que optar entre dar un rodeo o cruzar la ría. La marea está baja, así que optamos por descalzarnos y cruzar. Hasta aquí la ruta va bien, con lluvia, el incesante bramido del mar y el viento, incómodos pero animosos.






Pasamos junto a una gran piscifactoría y nos dirigimos a la bonita playa de Barizo, su coqueto puerto y comenzamos a subir hacia la punta Ensubelas. Primero cruzamos una zona en la que los helechos nos pasan la cabeza y hemos de ir apartando las ramas para ver el suelo, vuelve la lluvia mientras trepamos unas rocas y las piedras se ponen resbaladizas mientras vamos por la pared de acantilado. Subimos como podemos. La bajada se hace un poco más mas difícil porque comienzan a aparecer charcos. Sin terminar de bajar comenzamos la subida hacia el Alto de Nariga. Más helechos, una trepada, un destrepe con mucho cuidado y culminamos la segunda gran subida que nos deja a la vista el faro de Punta Nariga. Nos relajamos un poco y afrontamos el descenso hacia el faro. El descenso, en condiciones normales, es llevadero; con la lluvia tenemos algunos resbalones, así que nos lo tomamos con cierta tranquilidad. En el faro llamamos al taxista que nos recogerá en la playa de Niñons.




















Ivan, muy optimista, nos da una hora y cuarto para hacer el resto del trayecto. Cuando llegamos, nos está esperando lo cual nos da mucha alegría. Seguimos descendiendo como podemos desde el faro hasta llegar a la Punta do Rubio con unas peñas increíbles. A partir de aqui el sendero se suaviza tras pasar un regato. Llegamos a la Enseada do Lago, pasamos otro regato y enfilamos un carril que nos deja en la playa de Niñons a las cinco de la tarde, con el taxista esperando.





Ha sido una dura jornada, con constantes subidas y bajadas, con la agravante de la lluvia que nos ha dejado unos paisajes increíbles en la retina y una experiencia memorable. Han sido 23,10 km en un tiempo en movimiento de seis horas y quince minutos y un tiempo total de ocho horas y media. Todo el recorrido está bastante bien balizado gracias a la colaboración de grupos de voluntarios y a la asociación Camino de los faros
Todos los datos técnicos de la ruta se pueden ver en este track de wikiloc.
Contra viento y marea… la primera ya está guardada en vuestras retinas.
A por la segunda.
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¡Vamos a por ella! Lo que es seguro es que nos vamos a mojar 🙄
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