Mientras camino, a mi aire, oigo a mi alrededor ese esplendor del mundo.
Walt Whitman, Mientras camino estos grandes días majestuosos
Comenzamos esta segunda etapa en la playa de Niñons, justo donde la terminamos ayer. Ha estado lloviendo toda la noche en Ponteceso, pero cuando José Luis, nuestro taxista, nos deja en la playa no llueve aunque el cielo está muy encapotado. Bajamos a la playa y a la izquierda vemos las flechas verdes que nos dirigen a una zona boscosa por la que discurre una bucólica vereda que deviene en pista forestal de la que sale otra vereda que nos asoma al acantilado. Avanzamos por el acantilado, avistamos la playa do Morro azotada por un fuerte oleaje, cruzamos un pequeño regato, cuando comienza a lloviznar.





El sendero está bastante despejado y avanzamos a buen paso hasta el puerto y la playa de Santa Maríña. Nada más pasar la playa el camino se adentra hacia el interior y comienza el ascenso hacia el alto del monte Meán, punto en el que nos encontramos con Hulla, un sueco que va hasta Finisterre para volver a Santiago por el epílogo. Tras unos minutos de charla proseguimos el ascenso cada uno a su ritmo. El camino pasa por una zona calcinada por un antiguo incendio y el avance se hace dificultoso, no tanto como el descenso hacia la bonita playa de Barda y su ensenada.








En la playa nos encontramos con un paseante con dos perros con el que conversamos un momento mientras tomamos unos dátiles y nos refrescamos antes de afrontar el siguiente tramo que nos llevará a la aldea de O Roncudo. Pasamos por la punta de Espiñeira y su cruz, por las puntas de Castro y das Eiras por un sendero a mitad del acantilado recién desbrozado, lo que hemos celebrado adecuadamente.La alegria ha durado poco. Desde la Punta Percebellosa iniciamos una fuerte subida con los helechos por la cintura.Vuelve a llover, con lo que la sensación es la de estar cruzando una ría cuesta arriba. Pasamos junto a un parque de aerogeneradores y nos adentramos en un denso bosque cruzado por un regato. La subida se hace mas empinada hasta que llegamos a la aldea de O Roncudo, con unos bonitos hórreos, casa de piedra muy cuidadas y un grifo para llenar agua. Dejamos la aldea por la carretera de servicio del parque eólico que pronto se transforma en pista y, después, en sendero. Un descenso hasta la cota de 20 m, que hay que gestionar con sumo cuidado, y su posterior subida hasta la Pedra Frades nos ponen el faro de O Roncudo a la vista. Para llegar al faro aun tenemos que sudar un poco y recorrer un rocoso sendero de unos 1500 m.



















Con el faro a la vista escogemos unas piedras confortable. y nos comemos los bocadillos aprovechando que no llueve. Timing perfecto, nada más terminar comienza a chispear de nuevo. Nos hacemos las fotos de rigor en el faro y emprendemos la marcha hacia Porto do Corme bajo un franco aguacero. Siguiendo las marcas verdes, es decir por las rocas, pasamos por varios acantilados azotados por la tormenta. El camino desemboca nuevamente en la carretera del faro por la que hacemos cómodamente el ultimo kilometro y medio hasta llegar a Porto do Corme sobre las cuatro de la tarde. Pasamos por la estatua a los percebeiros y tomamos un cafe en la plaza mientras esperamos a Jose Luis.










En resumen, una etapa parecida a la de ayer en cuanto a desnivel y dificultad de los caminos pero algo suavizada por la meteorología, que hoy ha sido algo más benévola que ayer, los tramos de sendero desbrozados y el menor número de km recorridos. Para mañana también tenemos una etapa «recortada» y parece que el tiempo va a ir mejorando.Todos los pasos de hoy los hemos registrado en este track.
Todos los pasos de hoy los hemos registrado en este track.