Epílogo a nuestro proyecto del Camino Primitivo

La especie humana comienza por los pies.

Leroi-Gourhan, André, Arte y grafismo en la Europa prehistórica

En unas pocas horas deshicimos los trescientos y pico kilómetros que separan Santiago de Oviedo. Como si no quisiéramos terminar el viaje tan pronto, decidimos pasar otro día en Oviedo, pasear la ciudad, recorrer esos rincones que evocan La regenta a cada paso que das, saborear lentamente esta ciudad tan recoleta.

Hemos dedicado la mañana a visitar la catedral y la Cámara Santa y el Museo de Bellas Artes, dos visitas imprescindibles.

La visita turística a La catedral cuesta 6 euros e incluye audioguía. Hay algunas reducciones para ciertos colectivos.

Básicamente es una catedral gótica que integra restos de algunas estructuras prerrománicas, como la Cámara Santa, emparentadas con los edificios del monte Naranco que visitamos hace quince días, con algunos elementos renacentistas y barrocos.

La visita comienza en la propia fachada, con esa torre gótica tan característica que Clarín describe como «un índice de piedra que señala al cielo […] no era una de esas torres cuya aguja quiebra de sutil, más flaca que esbelta […] es maciza sin perder nada de su espiritual.grandeza»

Continúa por la nave central, prosigue accediendo a la Torre de San Miguel que alberga la Cámara Santa en la que se custodian las reliquias, las cruces de los Ángeles y de la victoria, lujosísimas arquetas de diversa procedencia, parte del Santo Sudario y una colección de escultura románica.

A continuación se continúa la visita por las 8 salas del museo catedralicio con obras de arte sacro de diversa procedencia. Destacan piezas de la antigua sillería del coro, retablos románicos que no saben dónde ponerlos, las clásicas cruces, incensarios, cálices y vestuario religioso diverso.

Se baja a un claustro gótico muy recoleto con un jardín interior. El claustro está articulado en dos plantas con diferentes variantes arquitectónicas del gótico y con algunos elementos románicos.

Alrededor del claustro hay varias salas, incluida la capitular, y un acceso al cementerio de peregrinos desde el que se puede ver el exterior de la Cámara Santa y de la cripta de Santa Eulalia (la parte baja de la Cámara)

Desde el claustro se vuelve a la nave central, vuelta por las capillas laterales y puerta.

Por cierto, las dos puertas de la entrada, de nogal, con relieves del Salvador y de Santa Eulalia de Mérida patronos de la ciudad, son un puntazo.

A propósito de reliquias, tienen una vasija de vino (hidria) de las seis que se sirvieron en las bodas de Caná.

La vasija en cuestión. En ocasiones se llena de agua y se bendice. Como no se convierte en vino, la dan a los feligreses como agua bendita.

Para terminar, el pórtico gótico de tres arcos tiene una bóveda Nevada casi plana y uno de los arcos, saliendo a la derecha está abocinado para enmarcar el hospital de peregrinos que se encontraba en esa dirección.

La segunda visita de la mañana ha sido al Museo de Bellas Artes de Asturias. El fondo museístico es espectacular y el continente de ese fondo a la altura. Está en los palacios de Velarde y la casa Oviedo-Portal y una ampliación moderna para el fondo contemporáneo.

Básicamente hay mucha obra de pintores asturianos, muy buenos, algo de escultura, fotografías, grabados, dibujos, etc.

El museo propone dos alternativas de visita: una cronológica si se pasa por la Casa Velarde vamos pasando de lo más antiguo a lo más moderno y si se entra por la ampliación vamos desde lo más moderno a lo más antiguo.

En el Palacio de Velarde hay obra de Murillo, El Greco, Zurbarán, Carreño de Miranda, Goya, Rubens, Anglada Camarasa, Piñole, Gargallo, Antonio Solà, etc.

En la Casa Oviedo-Portal autores asturianos, Uría, Menéndez Pidal, los Meléndez, dibujos de Villaamil, fotografías de Clifford, un fondo de fotografía asturiana buenísimo, grabados, alguno de Goya, etc.

Y en la parte contemporánea un poquito de todo: un Picasso, Miró, Solana, Dalí, Sorolla, Oteiza, Barceló, Piñole, Leonard Fugita, equipo crónica, etc. Seguro que me dejo alguno.

La mera visita a las casas Palacio ya vale la pena, y además, es gratis.

Un digno final a un proyecto que ha salido redondo.

Hoy tocó cocina contemporánea que hay que comer de todo.

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