Alhama de Granada, Quejigo de Júrtiga, Tajos de Alhama: un paseo otoñal por el Temple granadino

Caminar es la mejor medicina del hombre.

Hipócrates (Siglo V a.C.)

En esta jornada otoñal teníamos prevista la subida a La Maroma, pero la amenaza de lluvias nos hizo dejar esa subida para más adelante y aprovechamos que estábamos en Granada para acercarnos a la Comarca del Temple granadino o, simplemente El Temple. Comarca situada en el suroeste de la provincia de Granada, limítrofe de la Vega de Granada y el Valle de Lecrín, cercana a las estribaciones de la Sierra de las Albuñuelas y a las Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama frontera natural de las provincias de Granada y Málaga. El topónimo «Temple» parece remontarse al siglo XI y hace referencia a una parte de la Cora de Elvira según el geógrafo andalusí Al-Udri.

En esta ruta vamos a hacer un recorrido circular en el que se pasaremos junto al imponente Quejigo de Júrtiga, considerado árbol singular en el catálogo de la Junta de Andalucía, perteneciente a la especie Quercus faginea, con una altura superior a los 20 metros y un perímetro de tronco de 5,22 metros medidos a 1,5 de altura. Continuaremos una buena parte del recorrido por un paisaje adehesado y finalizaremos con un recorrido fluvial junto al rio Alhama y bajo los imponentes tajos tallados por miles de años de erosión.

Iniciamos el camino en la parte alta de Alhama, junto al parque de Bomberos y el punto limpio. Se trata de un camino en ascenso que discurre por la antigua vereda de Alhama a Ventas y, muy pronto, nos desviaremos a la izquierda por un camino rural de tierra compactada. Hacia el primer kilómetro encontraremos una planta fotovoltaica. Continuamos por el camino y hacia los 2,5 km pasaremos por la derecha del Cortijo Muñiz (ojo, perros sueltos) Pasado el cortijo, descendemos ligeramente buscando el borde un encinar que dejaremos a nuestra izquierda. Comenzamos a subir de nuevo y a unos 250 m del incio del ascenso encontraremos un boquete del que parte un carril. Lo seguiremos durante un par de km. hasta llegar a la hoya del Quejigo.

Pasaremos delante del cortijo de la Rozilla, con una puerta de forja con herraduras y objetos metálicos. El carril se ensancha un poquito y nos llevará a un encinar con árboles de mucho mayor porte que el anterior. Un desvío hacia la izquierda y ya veremos el quejigo Júrtiga en nuestro horizonte. Antes de llegar a él pasaremos por las ruinas del cortijo de Salvador León y en unos 500 m. estaremos en la explanada del quejigo y una capillita dedicada a la la Inmaculada.

Desde la parte trasera de la capilla nos dirigimos como hacia los restos del cortijo y en dirección a un encinar rodeado por una vaya. En un primer momento el camino está un poco desdibujado pero más adelante lo veremos con claridad. LLega hasta una puerta que cruzaremos dejándola como estaba. Siguiendo ese camino llegaremos a otra puerta que nos deja en la carretera A-402 que seguiremos durante 1,2 km hasta llegar a las inmediaciones de la quesería y el cortijo Júritga. En la quesería venden un requesón y queso curado de cabra muy ricos y asequibles.

Por la parte de atrás de la quesería encontraremos un carril (muy transitado por las cabras) y pasaremos por una cruz, un cortijo en ruinas, un abrevadero y una fuente con agua fresca que llaman las Pilas de Capillanía. Más adelante nos desviaremos a la derecha y poco después a la izquierda hasta alcanzar de nuevo la carretera A-402. Tras unos 600 m por la carretera y justo antes de una cerrada curva tomaremos un carril que discurre entre unas casitas de recreo en dirección a un pinar. Bajaremos por el pinar hasta llegar a una pantaneta que regula el cauce del río Alhama. Pasada la pantaneta a la izquierda de la carretera sale un camino que discurre junto al río y al monumento natural Tajos de Alhama.

Se trata de un conjunto de cañones formados por la erosión diferencial del Río Alhama sobre arenisca sedimentaria y el desprendimiento de grandes rocas por la actividad sísmica. Junto al curso del río Alhama se encuentran varios molinos de harina abandonados, alguno en uso, una ermita con una leyenda morisca y algunas casas cueva en rehabilitación.

En resumen, una ruta sencilla cuya mayor dificultad es la distancia. La parte central, entre el Quejigo y los Tajos es un poco más monótona y los cuatro últimos kilómetros son verdaderamente impresionantes. Si el tiempo acompaña, como fue nuestro caso, un día de campo perfecto.

Para este recorrido hemos usado como base una ruta del usuario de wikiloc Bienve Delgado y sobre su recorrido nuestros pies han dibujado éste otro.

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