PN Grazalema: circular por Tavizna, Arroyo Charcones, Arroyo Ahijadero y Río Tavizna

La presencia del poder invita a escapar de su presencia totalizadora; la seguridad llama a la vida de riesgo; el confort sedentario llama al nomadismo.

Solà-Morales, Ignasi, Terrain vague, en Territorios (2005)

Para preparar una próxima subida al Torreón, que requiere autorización administrativa, nos acercamos al Centro de Visitantes de El Bosque. Ya que estamos en el PN Grazalema nos animamos a hacer esta ruta circular por uno de los parajes más bonitos y desconocidos de estas sierras. La ruta tiene un grado de dificultad elevado, tanto por las condiciones del terreno, como por la falta de un camino claro y, en nuestro caso por el elevado caudal del Río Tavizna (que hay que vadear) por lo que requiere de cierta experiencia en la gestión de estas situaciones.

A lo largo de esta ruta usaremos pistas asfaltadas, caminos de tierra, veredas, parte de un sendero señalizado y un par de km campo a través. Los hitos más destacados de la jornada han sido: el pontón sobre el río Tavizna, Arroyo Charcones, el mirador de los Llanos del Berral, sendero señalizado llanos del Berral, Arroyo Ahijadero y Río Tavizna.

Dejamos el coche en el diseminado de Tavizna (T.M. de Benaocaz) junto a la carretera A-373 que va desde El Bosque a Ubrique. Desde ahí sale un carril asfaltado que se dirige hacia un pontón sobre el río Tavizna. A partir de este punto la ruta es circular. Cruzamos el pontón y tomamos un camino hacia la izquierda. Aproximadamente en el km 2 de nuestro recorrido tomamos un bonito sendero a la derecha en ascenso constante junto al arroyo Charcones. Conviene detenerse de vez en cuando y mirar hacia atrás para admirar las vistas de los restos del Castillo de Aznalmara con toda la cuerda de la Sierra de la Silla detrás. Pasaremos por una zona de cuevas antes de llegar al mirador de los Llanos del Berral. Desde este punto usaremos el sendero señalizado hasta llegar a un prado a mitad de la subida en el que giraremos a la derecha para buscar un sendero bastante desdibujado que cruza sobre la cabecera del Arroyo Charcones.

Nada más cruzar el Arroyo Charcones (en este punto lleva muy poca agua) entramos en un bosque muy húmedo de grandes encinas, quejigos y alcornoques en el que destacan grandes piedras cubiertas de musgo. Una delicia para los sentidos. Hay que tener cuidado (la vereda se pierde en ocasiones o se cruza con otras veredas que usan los animales) hasta llegar al punto de máxima altura del trayecto. Un poco más adelante se abre un pequeño claro en el que hacemos una parada para descansar y tomar una fruta.

A unos 200 m del prado sale una vereda a la derecha que nos lleva hasta el Arroyo del Ahijadero, un bellísimo paraje que tenemos que cruzar para iniciar un suave descenso por la margen izquierda del arroyo. En este punto la vereda está clara y no hay otro camino alternativo. Además, hay una alambrada junto al arroyo que tenemos que seguir. Unos dos km más adelante hay que girar a la derecha y pasar la vaya por una puerta hecha con un somier viejo. Comienza un suave tramo de ascenso hasta alcanzar las ruinas de un cortijo con unas vistas impresionantes sobre el salto del Cabrero y un extenso pinar en la margen izquierda del río Tavizna que se intuye a los pies de la ladera en la que estamos. Tras las ruinas comenzamos el descenso, primero suave y con vereda marcada, luego se pierde la vereda y hay que ir siguiendo el track y como se pueda. Se trata de bordear un tajo a nuestra izquierda para encontrar unas rocas en las que se encaja el tramo más peligroso de descenso, con mucha piedra suelta, espinos y maleza. Hacia el km 9 de nuestro recorrido se termina la bajada junto al Arroyo del Boyar y junto al río Tavizna. Tratamos de seguir paralelos al cauce del río hasta llegar a una piedra enorme con forma de pirámide. En este punto tendríamos que haber cruzado el río pero baja muy crecido y con mucha fuerza. No nos atrevemos a cruzar. Además, vemos en el mapa que hay un sendero que por la margen derecha del río nos lleva al pontón del principio. Decidimos seguir ese sendero y abandonar el track. A medida que avanzamos lentamente, el sendero se cierra con la maleza y hay desprendimientos que lo hacen impracticable. Seguimos todo lo que podemos hasta llegar a un punto en el que decidimos que hay que cruzar el río si o sí. In extremis vemos una poza con una estructura para retener el agua que puede ser practicable.

Tras cruzar a la margen izquierda encontramos un senderillo por el bosque de galería junto al rio que nos llevará hasta el pontón sin más problemas. Es un senderito parecido al del Majaceite pero un poco más rustico. Después de lo que hemos pasado por la otra orilla nos parece un paseo de lo más bucólico. Desde el pontón hasta el aparcamiento deshacemos los dos km de camino restante a buen paso.

En resumen, ha sido una ruta muy exigente, que nos ha resultado un poco dura en su segunda parte pero todo el esfuerzo se ha visto compensado por la magnífica experiencia y los maravillosos espacios por los que hemos pasado.

Todo lo vivido en esta jornada ha quedado grabado en este track.

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