Caminar le devuelve a uno el contacto consigo mismo y con la sensación de existir.
LeBreton, David. Caminar la vida. La interminable geografía del caminante. Ed. Siruela 2022
Al igual que el año pasado, aprovechamos las vacaciones veraniegas para acercarnos a Capileira, y desde allí y aprovechando la lanzadera que gestiona el Servicio de Interpretación de las Altas Cumbres, nos encontramos en el Alto del Chorrillo a las nueve y media de la mañana. Nos acompaña nuestra amiga África que estaba ilusionada con hacer esta cima.
En esta ocasión, el día está fresco y soleado y el pronóstico es muy buen para caminar: máxima de 12º en la cima y una fresca brisa del SO. Nuestro plan para hoy es hacer la subida «clásica» al Mulhacén por las lomas de Tanto y la del Mulhacén, llegar al Mulhacén II, continuar hasta la cima oficial y realizar el descenso por la zona de Siete lagunas para enlazar con el camino de ida en la Loma del Tanto y acercarnos a los restos de fortificaciones de la Guerra Civil antes de llegar al Alto del Chorrillo para tomar la lanzadera de vuelta a Capileira.



La subida al Mulhacén es bastante sencilla, transcurre por un sendero-camino bastante marcado y transitado. A las diez menos diez de la mañana comenzamos a caminar, primero recorreremos la vereda sobre la Loma del Tanto y, a continuación, vamos ascendiendo a nuestro paso por la loma del Mulhacén. A los 2,4 km de marcha veremos el desvío que marca la zona de 7 Lagunas por la que realizaremos la vuelta. Por ahora obviamos este desvío y seguimos hacia arriba. Tras un par de repechos bastante duros nos encontramos en el Mulhacén Chico o Mulhacén II (3361,70 m) y desde donde ya vemos la cima de la máxima altitud peninsular. Abajo vemos la Laguna de la Mosca y las aristas del Juego de Bolos. Hacia la izquierda (poniente) vemos el Veleta, Salobreña al fondo, los invernaderos de la zona de Motril y abajo el Valle del Río Mulhacén.







Continuamos la subida, ahora algo menos exigente, de poco más de un km hasta llegar al Mulhacén I (3478,70 m) En la cima las vistas son impresionantes. La cuerda de los tres miles con el Veleta en primer término, las sierras de Huétor y Arana, la hoya de Guadix. El día está muy claro y el espectáculo es hipnotizante.


Tras la fotos de rigor comenzamos el descenso por el mismo camino de la ida hasta llegar a una bifurcación bastante difuminada (aproximadamente en el km 5,7 de nuestro recorrido) que nos llevará hacia la cuerda del Resuello desde donde ya tendremos vistas a la zona de Siete Lagunas. El camino se difumina en ocasiones, pero hay varios hitos que facilitan la orientación hasta llegar a un punto en el que la senda vuelve a ser clara. A nuestra izquierda ya vamos viendo lo que queda de las lagunas a estas alturas del verano. La primera es la Laguna del Borreguil, a medida que vamos bajando veremos la laguna Altera hasta llegar a la laguna Hondera que desagua en la zona de las Chorreras Negras. Al llegar a la zona de la Laguna Hondera hay una bifurcación de caminos que permite bajar a esta laguna (donde hay vacas y montañeros descansando) o continuar hacia la derecha por un camino que nos llevar a una loma por la que iniciamos el regreso al camino a la Loma del Mulhacén por la que pasamos esta mañana.







Continuamos el descenso por la Loma del Mulhacén hasta volver a la vereda sobre la arista de La loma del Tanto. Con el Alto del Chorrillo a la vista, nos desviamos a la derecha para acercarnos a los restos de las fortificaciones de la Guerra Civil. Se trata de un nido de ametralladoras y algunos restos de trincheras y otras edificaciones.






A las 16:15 la lanzadera nos recogía puntualmente y nos devolvía a Capileira sobre las cinco de la tarde.
Una experiencia fantástica en la que todo salió a la perfección y en la que ajustamos nuestro caminar a la ventana de tiempo que nos permite la lanzadera.
Todo el recorrido se puede seguir, esta vez sí, en este track de wikiloc.