El grado de lentitud es directamente proporcional a la intensidad de la memoria; el grado de velocidad es directamente proporcional a la intensidad del olvido
El día amaneció bastante frío, con nubes y claros durante toda la jornada que hacían cambiar el paisaje a cada instante y con fuertes rachas de viento, predominantemente del E, que, en ocasiones, se hizo bastante molesto pero que no dificultó en absoluto el desarrollo de la caminata.
Comenzamos la ruta hacia las 10 de mañana desde la explanada junto a las Casas cueva de Torriblanco en dirección hacia el Puntal de Don Diego. Como seguimos exactamente el mismo recorrido que en nuestra anterior entrada nos remitimos a lo que escribimos en ella y en esta entrada únicamente vamos a incluir una galería de las imágenes más representativas del día. Algunas son nuestras, pero otras las hemos tomado de las fotos del grupo. Muchas gracias a sus autores.
Alrededor de las 6 de la tarde estábamos de vuelta en el cortijo donde habíamos dejado los coches y bajamos hasta Gorafe para tomar alguna bebida caliente y despedir a nuestros amigos hasta la siguiente ruta. En resumen, una jornada muy agradable, en una excelente compañía que transcurrió con toda normalidad. Nuestro agradecimiento a todos los asistentes por dejarnos compartir el día con ellos. Nos vemos en las montañas.
Caminar es recobrar el aliento y el cuerpo, hacer pie de nuevo, dejar de dar pasos en falso. Al emprender camino no sólo salimos de nuestra casa, sino que salimos, sobre todo, de nosotros mismos.
LeBreton, David. Caminar la vida. La interminable geografía del caminante. Siruela, 2022
En esta ocasión nos dirigimos al Parque Natural de los Alcornocales, en concreto a los Montes de Propios de Jerez, una extensa finca que tiene su origen en una donación del rey Fernando IV a la ciudad de Jerez en 1300. La finca está gestionadas por la empresa EMEMSA, dependiente del Ayuntamiento de Jerez. Las principales actividades de estos montes son la ganadería, la caza, la explotación del corcho, el turismo rural y el senderismo. Para la realización de esta ruta (y todas las que discurren por estos montes de propios ) hay que solicitar permiso en este enlace.
El Pico de la Gallina es el punto más alto de la Sierra de la Gallina (798 m). Nuestro track se corresponde escrupulosamente con la ruta oficial (al obtener el permiso, se insiste en que no nos salgamos de los senderos habilitados). La ruta es de un nivel moderado bajo y transcurre por pista la mayor parte del tiempo. La distancia recorrida ha sido algo más de 15 km con un desnivel de 406 m.
El acceso al inicio de la ruta se hace por la cancela que se encuentra en el punto kilométrico 63 de la carretera CA-503 en dirección al cruce de Puerto Gáliz (o Galis) Las coordenadas para el GPS son 36,5699520, -5,6023440. A la hora convenida estaba allí el guarda que nos abrió la cancela y nos indicó el lugar de aparcamiento justo al inicio del sendero. La mayor parte de la ruta se realiza por una pista forestal en muy buen estado.
Comenzamos a caminar por la pista forestal citada y vamos atravesando un bonito bosque de hoja caducifolia como alcornoques y quejigos, algunos acebuches, fresnos, sauces, madroños y laureles, espinos blancos, helechos, etc. Durante esta primera parte del recorrido pasamos varias veces el Arroyo de las Palas y algunas zonas húmedas (manantiales de Abajo y de Enmedio).
Por el camino iremos teniendo buenas vistas de las Sierras de Grazalema, el pantano de Guadalcacín, el charco de los hurones, el Picacho, la Sierra de las Cabras, Algar, Benaocaz, Prado del Rey, etc. También nos iremos encontrando con jaulas y comederos para corzos y los rastros de los animales que habitan la zona.
Hacia los 5 km del recorrido el camino gira a la derecha y la pendiente se hace un poco más dura. Entramos en un camino con mucha piedra de color rojizo, casi un cortafuegos, mientras que el bosque caducifolio se transforma en unos pinares de repoblación (pino negro y pino de Monterrey) Un par de km más adelante el camino se suaviza y entramos en una meseta en la que ya vemos el pico con el vértice geodésico al fondo. Hacia la mitad del camino vemos las señales que nos indican el camino de vuelta.
Finalmente llegamos a una construcción usada como punto de observación y medición meteorológica rodeado por una verja. Delante se puede observar el peculiar roquedo de la cresta de la Gallina que da nombre a esta sierra. Cruzamos la verja, hacemos cima y tomamos una fruta al abrigo de la caseta (El día ha salido un poco fresco, aunque va mejorando a lo largo de la mañana) Desde la cima las vistas son magníficas: abajo vemos el Valle de la Jarda, enfrente el Torreón, los picos de la Sierra del Endrinal, Sierra de la Silla, Sierra del Pinar y Sierra del Caíllo. Distinguimos las poblaciones de Algar, Arcos de la Frontera, El Bosque y Benaocaz.
Iniciamos el descenso por el mismo cortafuegos junto a la alambrada que separa los Montes de Propios de la finca vecina (Dehesa de Marrufo) Hacia la mitad del cortafuegos una señal nos indica una bifurcación a la derecha que nos indica el camino de vuelta por el Canuto de la Gallina. Casi enseguida dejamos el bosque de coníferas y nos adentramos en un denso bosque de alcornoques, encinas, algún quejigo, algunos acebuches y un denso sotobosque mediterráneo. El camino es de gran belleza, con los troncos del arbolado cubierto de una densa capa de musgo y líquenes. Pasamos por varias zonas húmedas entre las que destacan La fuente de los Machos y cruzamos nuevamente el arroyo de las Palas. Todo el bosque rezuma tranquilidad, paz y verdor. Es tal el silencio que avistamos una manada de corzos cruzándose en nuestro camino. Los suelos tapizados de hojas secas, y la humedad dan una imagen muy otoñal, lo que unido a los olores del bosque nos dejan unas sensaciones inolvidables.
Una imagen que nos perturba bastante es que durante casi todo el camino nos vamos encontrando con comederos y bebederos utilizados para crear querencia en corzos y otros animales susceptibles de ser cazados. Y, excesivamente cerca de ellos, los aguardos para el cazador. Suponemos que lo más importante será la satisfacción del que paga. Hacia el km 10,5 de nuestro recorrido enlazamos de nuevo con el carril de la subida. Ya sólo nos queda llegar hasta el coche aparcado frente a la casa del guarda. Poco antes de llegar nos llama la atención el ladrido de decenas de perros. Vemos que los animales están encerrados en una especie de jaulas de gallinas, con muy poco espacio. ¿Serán del guarda?¿Sabrá el Ayuntamiento de Jerez de este maltrato animal?
Hacia las dos de la tarde cerramos esta ruta, muy sencilla, por unos paisajes P.N. Alcornocales 100%, en la que hemos disfrutado de lo lindo, pero que también nos deja unas imágenes perturbadores y que nos empujan a no seguir indiferentes ante el fenómeno de la caza: hay maltrato animal a ambos lados de la escopeta.
Aunque es imposible perderse por estos caminos, dejamos este track en Wikiloc para mayor seguridad.
Se trata de un bonito recorrido circular, muy fácil, entre las localidades de El Bosque y Benamahoma. El recorrido de ida lo realizamos por el Camino de los Pescadores para enlazar con el antiguo Cordel de Grazalema a Arcos de la Frontera que se inicia junto al jardín Botánico de El Castillejo en El Bosque. Muy cerca de Benamahoma este cordel se une al nuevo sendero del Majaceite hasta Benamahoma. Callejeamos por el pueblo hasta llegar al nacimiento del Río Majaceite junto al ecomuseo del agua. Desde este punto iniciamos el regreso íntegramente por el sendero del Majaceite hasta enlazar de nuevo con el Camino de los Pescadores en El Bosque. Es una ruta moderada por la distancia a caminar (unos 12 km) y el desnivel a superar (325 m) pero muy sencilla y entretenida.
Iniciamos el camino en la rotonda a la entrada de El Bosque, junto al Centro de Visitantes y cruzamos la carretera para tomar el Camino de los Pescadores, un camino empedrado que nos lleva hasta la entrada al Sendero del Majaceite. Dejamos esa entrada a la izquierda (realizaremos por ella el camino de vuelta) y continuamos por el Camino empedrado hasta la entrada al Jardín Botánico El Castillejo después de cruzar el Camino del Espino. A la entrada del Jardín Botánico veremos a la derecha el inicio del Cordel de Grazalema a Arcos en fuerte subida. Lo tomamos y continuamos en paralelo a la carretera A-372 bordeando la ladera Norte del Albarracín por un bonito bosque de quejigos, encinas, madroños y matorral mediterráneo. Hacia los 4 km de recorrido alcanzamos la cota máxima del día (467 m) con bonitas vistas al Cerro del Pilar, Sierra del Labradillo y Sierra del Pinar.
Comenzamos la bajada por el nuevo trazado bajo una densa vegetación hasta el cauce del Majaceite y continuamos hacia la derecha hasta Benamahoma. Subimos hasta la fuente lavadero de los Tres Caños y desde ahí al Nacimiento. Vemos el agua brotar de la pared de la montaña y bajamos al Ecomuseo del Agua Molino del Nacimiento y realizamos una visita y aprovechamos para tomar la fruta.
Desde el Ecomuseo tomamos el sendero clásico del Majaceite , uno de los senderos más solicitados en cualquier época del año. Ahora, con las lluvias caídas, luce espléndido, con el río rebosante de agua cristalina, llenando completamente el cauce, remansado por momentos, en otros deslizándose por cantarinas cascadas. Junto al río el excelente bosque de galería con chopos, fresnos y olmos, donde veremos y oiremos una gran cantidad de aves, tales como el mirlo común, la lavandera cascadeña, las currucas, el petirrojo o el potente canto del ruiseñor durante todo el año. Aunque el Martín pescador suele habitar la zona, en esta ocasión no tuvimos la suerte de encontrarlo. Son unos 5 km de sendero para disfrutarlo con todos los sentidos.
Ya de vuelta en el Bosque hicimos acopio de queso, comimos y para casa.
Nuevamente nuestro amigo José Antonio hizo su aporte fotográfico con esos detalles olvidados. Gracias amigo.
Aunque el camino está señalizado y balizado, puede ser de ayuda este track.
Camino y no me paro, por si acaso se estrecha el camino. Camino hacia adelante, el pasado ya es algo que ha sido, Y sigo para sentirme despierto.
Donés, Pau (Jarabe de Palo). Camino, Album Bonito, 2003
En esta ocasión probamos esta sencilla Ruta circular sin excesivas complicaciones que haremos más adelante con el GMGV de Gerena. La ruta parte desde la localidad de Aguafría, tomando el camino que atraviesa la Serrezuela en dirección a Santa Ana la Real. Desde Santa Ana tomamos el camino hacia la Sierra de las Cumbres para llegar a los Riscos de Levante por el sendero señalizado PR A 375. Por la rivera de Santa Ana llegamos al bosque de las letras y subimos a los Chorros del Joyarancon. Regresamos por el camino que cruza el barranco del negrito hasta Aguafría. Por el camino vemos numerosos hornos de cal y una cantera de caliza.
Comenzamos a caminar por un camino junto al Mesón La Abuela de Aguafría. Es un camino forestal en ligero ascenso hacia la Serrezuela. El camino no está en muy buen estado ya que se están realizando labores de saca de madera. Hacia el primer km de recorrido nos encontramos con los restos de un primer horno de cal, poco más que una pared de mampostería invadida por la maleza, veremos muchos más a lo largo de la jornada. El camino hasta Sana Ana la Real pasa por un bosque adehesado por la zona del El Valle hasta llegar a la carretera comarcal frente a la Ermita de San Bartolomé. Cruzamos una silenciosa Santa Ana, pasamos junto a la iglesia parroquial y tomamos el camino de los hornos de cal en dirección a la Sierra de las Cumbres por el Castillejo de las Cornicabras.
Se trata de un paseo habilitado para la visita de una sucesión de molinos de cal entre los que destaca el Horno de Onofre, Horno de Santiago, Horno Evaristo, etc hasta desembocar en una enorme cantera de caliza desde la que se extraía la piedra para alimentar esos hornos. Es un Sendero local (SLA 201) que se integra dentro de un sendero de Gran Recorrido (GR-46, Tierra del Descubrimiento que va desde Mina Concepción hasta Navahermosa) Lo seguiremos hasta llegar al mirador de la Sierra de la Cumbre. Aquí está la mesa de las Estrellas y aprovechamos para tomar una fruta.
Proseguimos el camino en descenso por un pinar de repoblación con el complejo turístico Los Veneros a la derecha y a la izquierda a lo lejos se adivina Almonaster. El camino discurre entre fragantes jaras peguntosas hasta llegar a una encrucijada en la que tomamos el camino a la izquierda en dirección a los Riscos de Levante. Pasamos junto a un cortijo abandonado y numerosas colmenas, aparentemente deshabitadas. El camino desciende hasta la Rivera del Santa Ana, se cruza con un sendero que viene desde Alájar y tras cruzar un arroyo que rezuma desde la montaña, afrontamos la subida a los Riscos de Levante, enormes formaciones rocosas que tachonan el paisaje. Junto a un panel informativo parte un senderito por el que se puede bajar hasta el lecho del río y ver los saltos de agua que estamos escuchando desde que entramos en el valle.
Continuamos un par de km por la rivera del Santa Ana hasta entrar en el Bosque de las Letras, en un tramo que visitamos no hace ni un mes. Cruzamos tres o cuatro puentecillos de madera hasta llegar a un paso habilitado bajo la carretera comarcal. Comienza un tramo de subida que nos lleva hasta los Chorros de Joyarancon, una caida de agua de más de 30 m de altura de gran belleza. Tras visitar la cascada volvemos sobre nuestros pasos hasta el Barranco del Negrito, donde contemplaremos un hermoso castañar de árboles centenarios y algunos restos de molinos de cal más. En este tramo el camino es de franco ascenso y hay bastante piedra suelta. Un par de km más adelante llegamos a la bifurcación en la que, por la mañana, encontramos el primero de los molinos de cal. Ya solamente queda desandar el camino que nos lleva al aparcamiento junto al Mesón de la Abuela de Aguafría.
En resumen, una ruta sencilla, de unos 15 km apta para todos los públicos, con 395 m de desnivel, que discurre por parajes muy atractivos en la que disfrutar de la naturaleza en estado puro.
Tras todo este paseo, nuestros pies dejaron en el mapa este dibujo.
Como es habitual cuando viene José Antonio, algunas de las imágenes que ilustran esta entrada han salido de sus manos. Muchas gracias amigo.
Sólo aquellos que se arriesgan a ir demasiado lejos pueden descubrir lo lejos que pueden llegar.
T. S. Eliot, prefacio a Transit of Venus: Poems de Harry Crosby, 1931
En el norte de la provincia de Granada, entre los ríos Guadiana menor y Gor, encontramos uno de los paisajes más singulares y desconocidos de la geografía peninsular: el desierto de Gorafe en el que se distinguen dos zonas geológicas perfectamente diferenciadas; por un lado, en la parte oriental, junto al Guadiana Menor y en la que predominan las arcillas blancas, con cañones de menor altura y más erosionados, y en la parte occidental donde predominan las arcillas rojas y grandes cañones, paraje conocido como los «coloraos». En la revista digital Sierra de Baza encontramos un interesante artículo en el que se desarrolla el origen geológico de estos lugares.
Todo este entorno, y más, se integra dentro del Geoparque de Granada, que incluye 47 poblaciones de las comarcas de Guadix, Baza, Huéscar y Montes que se corresponden con el territorio tradicionalmente conocido como las hoyas de Guadix y Baza. En este territorio se incluyen las necrópolis megalíticas de Gorafe, la Cerrada del Río Castril, las Cárcavas de Marchal y, por supuesto, las badlands de nuestra ruta de hoy.
La ruta, aunque larga (unos 26 km), resulta muy cómoda de seguir. Casi toda ella transcurre por pistas y caminos de tierra compactada, el desnivel acumulado no es excesivo y solamente tiene un par de lugares, los más interesantes de la ruta, en los que transitamos por una vereda estrecha y un poco expuesta. Toda la ruta coincide con el sendero señalizado y balizado PR A-426. He de advertir, no obstante, que debido a la ausencia de arbolado y la manera en la que los rayos solares se reflejan en los materiales que conforman este desierto , es desaconsejable realizar ésta ruta en verano o en días muy calurosos.
El lugar en el que iniciamos el recorrido es junto a un cortijo en ruinas cercano a las casas cueva de Torriblanco , alojamientos rurales, en los llanos del Cocón. Allí hay espacio suficiente para dejar los vehículos. Este lugar está a algo más de 2 kilómetros de Gorafe y se llega por una pista hormigonada en su mayor parte y un tramo de tierra que está en buen estado para transitar con un turismo. La pista es muy estrecha y empinada. Subimos casi todo el tiempo en primera y pensando que, de cruzarnos con otro vehículo podría ser un problema. Tomamos la pista de la izquierda en un llano junto a cultivos de almendros y teniendo a la izquierda grandes cortados sobre el barranco del río Gor y vistas a Gorafe. En breve llegamos al Puntal de Don Diego junto al vértice geodésico de Cocón y tenemos unas bellas e inmensas vistas sobre los alrededores: Sierras de Cazorla, Segura y las Villas, Sierra de la Sagra, el imponente Jabalcón y la Sierra de Baza, mientras que a nuestra espalda resalta imponente Sierra Nevada.
Comenzamos a descender (toda la primera mitad del recorrido es en descenso) pasamos por una cueva -túnel usada como establo, y hacia el km 7,5 de nuestro recorrido nos detenemos en los restos de las Cuevas de la Meseta. Unas cuevas con establos, salón y un gran número de dependencias bajo tierra. Con cuidado se pueden explorar y hacernos una idea del modo de vida predominante por estos lugares hasta hace no mucho tiempo. Un km más adelante encontramos el único pinar natural de este entorno en el barranco del Caballo. Son árboles de escaso porte que sobreviven a duras penas en este espacio estepario. Se puede subir al Tollo de Chiclana, desde donde tendremos las primeras vistas sobre los «Coloraos»
La pista sigue por la Loma de las Yeguas y al llegar al km 11,2 nos desviamos a la izquierda, junto a otras casas cueva, hacia un mirador natural sobre los Coloraos. Regresamos sobre nuestro paso y continuamos el descenso por los Campos Mones hasta llegar a la Rambla de los Anchurones en el km 14,5 , la parte más baja del recorrido. Caminamos algo más de un km por la rambla y por un camino a la izquierda comienza la subida. Es la parte más interesante del recorrido. En ella podemos apreciar enormes acantilados con unas columnas a modo de tubos de un gran órgano formados por los estratos de los sedimentos, primero marinos, cuando esta zona fue un mar interior y luego un gran lago. Predominan los colores rojos y ocres de las arcillas de la zona. Esto se debe al fenómeno conocido en el argot geológico del PIPING, del inglés PIPE = tubo. El agua de la escorrentía forma cascadas en rocas duras como las calizas mientras que va disolviendo fácilmente la arcilla y la arenisca verticalmente formando esos tubos.
El ascenso termina en la Loma de los Pinos. Aquí, nos desviamos unos metros para visitar el vértice geodésico del mismo nombre, también conocido como Cerro de la Bandera. El sendero más obvio y evidente para llegar al geodésico transita por el mismo borde de un vertiginoso cortado, pero no hay problema, se puede ir más adentro, sorteando el matorral. Desde ese punto tenemos unas vistas apabullantes sobre los desiertos y la cuenca del Guadiana Menor, con las formaciones a modo de olas a nuestra derecha. . Desde ahí vemos el pantano del Negratín, el Jabalcón, el sur del Parque Natural de Cazorla, Segura y las Villas, la Sierra de Castril, la Sagra, Sierra de Baza, Sierra Arana, etc.
Seguimos la pista que va recorriendo la Loma de los Pinos, junto al Barranco del Pollo, pasamos por otras casas cueva mientras el ascenso se hace cada vez más acusado. La Loma se va estrechando y tenemos vistas a dos barrancos, a un lado el de la Loma de los Pinos y al otro el del Pollo. Finalmente llegamos a los Llanos del Cocón, junto a una granja ganadera y entre cultivos de almendros hasta llegar a las Casas del Cocón. Aquí tomamos el carril de la derecha y en unos metros estamos junto al cortijo en ruinas en el que iniciamos la ruta.
Como decía al principio, es una ruta larga pero muy interesante por unos paisajes difíciles de olvidar.
Aunque el sendero está perfectamente señalizado y balizado, todo este trasiego de idas y venidas se aprecia mejor en este track de wikiloc.
Corrimos senderos hacia el pico más alto/ Te dije, volvamos es muy peligroso./Perderse no sería tan malo, pensamos./Pero volver y contarlo será maravilloso.
López , Xoel. Patagonia, 2015
Nuestra tradicional salida familiar de año nuevo en este 2023 ha sido esta ruta circular de algo más de 14 km, con un desnivel de 535 m y que transcurre entre los términos municipales de Quéntar, Beas de Granada, Huétor Santillán y Dúdar. Toda la ruta discurre por caminos rurales, en algunos casos bastante deteriorados por los señores de las motos, y un tramo por una bucólica vereda junto al río Aguas Blancas a la llegada a Quéntar en el camino de vuelta.
Iniciamos el recorrido en el cruce de la carretera que va hacia el Pantano de Quéntar con el carril asfaltado que se dirige hacia Beas de Granada (sin señalización) y transitamos por ese carril durante 1 km hasta llegar al punto de inicio del carril Alfanevada (la señalización ha desaparecido pero se sigue fácilmente por las características traviesas de madera como quitamiedos. El camino de tierra se bifurca 100 metros más adelante y tomamos el de la derecha que baja hacia el Barranco de Fiñana. Por un paisaje de olivar nos dirigimos hacia el collado en el que vemos el hito conocido como Fraile de Beas, junto a los restos de la fraila y en dirección hacia la Loma de los Zahurdones donde nos detendremos un momento junto a los restos de un nido de ametralladoras de la Guerra Civil. Desde este punto tendremos unas vistas impresinantes de las cumbres de Sierra Nevada, que en este día invernal lucen con una ligera capa de nieve.
Tras superar la Loma de los Zahurdones descendemos hacia el paraje de los ejidos de Beas donde actualmente se construye un parque periurbano. Sin entrar en Beas tomamos el cordel de Puerto Blanco, otro camino de tierra, que tras una breve bajada, inicia la subida al punto más alto del día: el Alto de las Tres Torres, punto el en que confluyen los límites de los términos municipales de Huétor Santillán, Beas y Dúdar. Desde este punto tendremos unas buenas vistas tanto de Sierra Nevada como de la Sierra de Huétor y de los pueblos de Huétor Santillán, El Fargue y Beas. Antes de llegar al Alto nos habremos cruzado con la Cañada Real de la Cuesta de las Cabras (que también pasa por Dúdar) junto a unos impresionantes cordados fruto de la erosión diferencial. En el camino de descenso avistamos el Llano de la Perdiz y nube de polución de la Ciudad de Granada al fondo.
El camino desciende por un bosquecillo de encinas y pinos hasta cruzar el Barranco del Estanque que enlaza con un tramo del Camino Mozárabe de Santiago, que seguimos en dirección inversa. Entramos en un tramo bastante interesante en el que podemos ver los restos de las torres del canal de los Franceses que llevaban agua hacia una explotación minera en el Cerro del Oro de Cenes. El camino continúa hasta cruzar la población de Dúdar y la plaza del Ayuntamiento.
Junto a la Iglesia Parroquial seguimos por unos metros una indicación hacia la Cuesta de las Cabras que sube hasta el pueblo de Güéjar Sierra, tomamos la calle que discurre paralela al Río Aguas Blancas, cruzamos un puentecito y tomamos una estrecha vereda entre huertas, acequias y una alberca que nos lleva a las inmediaciones del camino que sube a la Umbría. Bajamos por ese camino hasta la carretera de Quéntar y seguimos por el Camino de Santiago junto al río Aguasq Blancas. Pasamos junto a la depuradora de aguas residuales (en semi abandono) junto a los restos de un molino rehabilitado como vivienda y tomamos una cuesta que sube hacia la Plaza del Ayuntamiento. Junto a la antigua almazara de la Casa Grande tomamos una calle que no lleva hasta la carretera GR-3201 y tras unos metros llegaremos al punto de partida.
En resumen, ha sido una ruta muy bonita, muy variada paisajísticamente, en una agradable excursión familiar para iniciar el año 2023 con una modesta actividad física.
Nuevamente nos acercamos al PN Sierra de Aracena y Picos de Aroche para hacer esta bonita ruta circular que parte de la localidad de Alajar, muy conocida por la famosa Peña de Arias Montano. La ruta transita por las localidades de Santa Ana la Real y Castaño del Robledo y visitamos los Chorros de Joyarancón que, con las lluvias caídas, tienen un aspecto impresionante. Tiene una longitud de unos 18 km, relativamente fáciles, con un par de subidas un poco más exigentes y un descenso final hacia Alajar no muy complicado pero que con un poco de lluvia o humedad puede requerir cierto cuidado.
Dejamos el coche en el aparcamiento que hay a la entrada del pueblo y tomamos la calle Médico Emilio González para girar a la derecha por la calle Maestro Aurelio Rodríguez, una calle empedrada que nos lleva directamente al camino hacia Santa Ana la Real. El camino discurre entre muros de piedra cubiertos de musgo y un paisaje adehesado en el que predominan las encinas y los alcornoques. En este primer tramo veremos fincas con ovejas, cabras y cerdos. Un poco más adelante encontraremos un pequeño riachuelo, que cruzaremos sin problemas, para comenzar a subir una pequeña cuesta que nos conducirá a las inmediaciones de la Aldea «El Cabezuelo». A continuación, por el Puerto de la Palanca, llegaremos al Alto del Molino, donde tendremos la ocasión de ver un horno de cal a la derecha del camino.
En la suave bajada conectamos con un tramo del sendero de las Letras, un proyecto del Ayuntamiento de Santa Ana la Real por un terrero bastante cómodo, siempre por camino claro y bien marcado, habilitado con bancos y zonas de descanso para que sea accesible para todos los públicos. En este tramo encontraremos paneles con textos poéticos que se pueden leer cómodamente y tienen un código QR con más información, un punto de intercambio de libros y algunas mesas. Este tramo, junto a la ribera de Santa Ana la Real, se superpone con otro sendero botánico, también señalizado y parte de una ruta nocturna. Un poco más adelante observaremos a nuestra derecha La Aldea de «La Presa», otro horno de cal, y unos metros más allá, Santa Ana nos dará la bienvenida con su fuente-lavadero.
Desandamos unos 600 m para tomar un desvío hacia la izquierda en dirección a la Aldea de La Presa, que bordearemos, para entrar en un paisaje de alcornocal. En este tramo compartimos camino con el sendero hacia los Riscos de Levante, hacia una bifurcación a la izquierda que nos baja a la Ribera de los Casares en un paraje con otro intercambiador de libros, bancos y alguna mesa. Cruzamos la rivera por un puente de madera y giramos a la izquierda, siguiendo un pequeño sendero que nos llevará, cruzando la carretera , hasta la pista por la que podemos acceder a los Chorros. Tras cruzar un par de puentes más tomaremos una bifurcación a la izquierda por la que accedemos a la cascada. un salto de agua de unos quince metros de altura, a tres niveles, y que en esta época de lluvias es todo un espectáculo.
Desandamos el camino hasta la pista y comenzamos una fuerte subida por un bosque de pinos de repoblación. La subida no es muy dura pero conviene tomarlo con calma. Una vez en el paraje de Los Llanazos comenzamos un suave descenso hacia Castaño del Robledo. Por la carretera de entrada pasamos junto a la Iglesia de Santiago hasta la salida del pueblo por la calle Arias Montano. El tramo que ahora afrontamos nos introduce en un bonito tramo ascendente tapizado con las hojas caídas de los quejigos que bordean el camino hasta llegar a un tramo de buenos ejemplares de alcornoques y castaños centenarios por la ladera suroeste del Cerro el Castaño y el Puerto de Galaroza. Culminada la subida, se inicia un suave descenso que se va encajonando entre muros hacia las Casas del Calabacino.
A la izquierda del camino podemos ver la ermita de la Santísima Trinidad, un poco más arriba se adivinan las estructuras de la Peña de Arias Montano, y continuamos por el camino empedrado hasta pasar por una hermosa fuente y, junto a ella, una surgencia de agua resbala por la ladera. Cruzamos un puentecito de madera y afrontamos el km final de descenso hasta el aparcamiento situado en la Avenida del Cachón.
Todo este trayecto lo hemos registrado en este track.
En resumen, ha sido una caminata muy bonita, apta para todo tipo de caminantes, con una gran variedad de paisajes y la hemos visto en un momento excelente gracias a las lluvias de estos días.
Para ir más despacio no se ha encontrado nada mejor que andar. (…) ¿Quieren ir más rápido? Entonces no caminen, hagan otra cosa: rueden, deslícense, vuelen. No caminen. Caminando solo una hazaña importa: la intensidad del cielo, la belleza de los paisajes. Andar no es un deporte.
Gros, Fréderic. Andar, una filosofía. Taurus pensamiento, 2014
Para realizar esta ruta nos dirigimos hasta el corazón de la Comarca de la Axarquía malagueña, en pleno PN Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama, en concreto a la localidad de Canillas de Albaida. Su núcleo urbano, en la frontera con la provincia de Granada, tiene la clásica configuración de los pueblos de origen árabe: laberinto de callejones estrechos, sinuosos y empinados, con casas bajas encaladas. Está en la ruta de los pueblos del sol y el vino y recibió el apelativo de Albaida (blanca) por la abundancia de flores de ese color en su entorno.
Comienza nuestra caminata junto a la la Ermita de Santa Ana, un templo sencillo que data del siglo XVI en el punto más elevado del pueblo, construida sobre los restos de una antigua fortaleza y desde la que tenemos una magnífica vista de las sierras próximas: La Maroma, el Río Turvilla y el mar al fondo. Bajamos en dirección al cementerio para llegar al paraje de Las Cuestas donde nos encontramos con los restos de dos antiguas calzadas empedradas (algunos afirman que de origen romano) que se unen a través del puente sobre el Río Turvilla también de origen romano. En la actualidad es un camino de herradura catalogado como Vía Pecuaria. Tras subir la segunda calzada nos encontramos en una pista asfaltada conocida como Camino de Renzuelas. Aproximadamente 1 km más adelante tomamos un desvío a la derecha por un camino de tierra entre casas de recreo y fincas agrícolas. Tras una fuerte subida nos encontramos en la parte más alta de la ruta y entramos a un bosque de pinos y monte bajo conocido como Los Lisos.
Nada más salir del bosque y entrar en una zona de olivar y aproximadamente en el km 6 de nuestro recorrido tomamos una senda a la derecha bastante difuminada por la hierba para entrar en el Sendero Los Lisos-Cruz del Muerto. Comenzamos a descender y cruzamos por primera vez el Río Cájula (en esta zona está todavía seco). El sendero es muy agradable de caminar y, como a media bajada, ya comenzamos a escuchar el rumor del agua. Nos acercamos al cauce del río junto al Cortijo de Rafaelita un antiguo molino harinero actualmente en ruinas. Desde este punto cruzaremos el río en numerosas ocasiones a través de puentes de madera en bastante buenas condiciones. El paseo es muy agradable, entre huertos, terrazas con aguacates, naranjos y limoneros. Un placer para la vista y los sentidos. Finalmente, entramos en una zona de grandes cortados, con paredes con oquedades que dan paso a un camino más amplio ya en el paraje de la Cruz del Muerto y junto a otro molino.
Cruzamos de nuevo el río y entramos en la pista asfaltada por la que accedimos al puente romano sobre el Río Turvilla. Aquí tenemos dos opciones: o tomar de nuevo la calzada empedrada para volver a Canillas, o cruzar de nuevo el río y tomar el sendero de los Molinos. Nos decidimos por esta segunda opción. Una pasarela metálica de unos 800 metros nos lleva sobre una acequia que servía para derivar agua hacia El Molino Matías que fue la primera fábrica de la luz que se creó en 1915, situado en el término municipal de Canillas de Albaida. Era de poco voltaje (150-155 voltios) y daba luz a Canillas, Corumbela. Árchez, Daimalos y Arenas. Funcionó hasta 1920 y después de la guerra se convirtió en molino harina. A partir de este punto el sendero vuelve a pasar por huertas de aguacates, limoneros y naranjos, pasamos por otro Molino transformado en Casa Rural y cruzamos el río un par de veces, en esta ocasión sobre unas piedras, para entrar en el núcleo urbano de Árchez.
Árchez es uno de los pueblos más pequeños de la Comarca. No obstante es un placer caminar por sus calles estrechas y serpenteantes entre las que destaca de forma especial la Torre Alminar de Iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación. Levantada en el siglo XII, es una maravilla de la arquitectura mudéjar declarada Monumento Histórico Artístico Nacional. Continuamos por la Calle Clara Campoamor para dirigirnos hacia Canillas de Albaida y, tras cruzar todo el pueblo, llegaremos al entorno de la Ermita de Santa Ana. Antes de volver al coche nos detenemos un momento en el parque que el pueblo ha dedicado al vecino Celedonio Gallardo, fallecido en el campo de concentración de Bretstein (subcampo de Mauthausen) y en memoria de todas las víctimas de la guerra.
En resumen, una ruta sencilla y bonita con cierto grado de dureza por las constantes subidas y bajadas. Si la hacéis, aprovechad para comprar un poco del excelente vino de la comarca.
Todo el recorrido de esta jornada ha quedado recogido en este track.
Tavernier, Nils. Diálogo entre Philomene y Joseph Cheval en la película El Palacio Ideal. m 9:35
Como el día anterior y parte de la noche ha estado lloviendo, elegimos esta ruta sencilla y que transcurre por vías pecuarias, caminos rurales, carretera comarcal y paseo peatonal con la idea de no pisar mucho barro y disfrutar de los olores y colores de la naturaleza después de unos días de lluvia. Estos días se está celebrando en El Pedroso la tradicional feria de gastronomía y productos artesanos, por lo que dejamos el coche en el paseo de la Estación y cruzamos el pueblo buscando la calle Zabalza Tajonar para salir a la carretera comarcal A-8101 en dirección a Cazalla de la Sierra.
Pasamos junto a la Ermita de la Virgen del Espino y tomamos un camino peatonal junto a la carretera durante unos 300 m hasta llegar a la altura de la finca La Alberquilla. Un indicador nos envía hacia una amplia pista, la Vía Pecuaria entre Cazalla de la Sierra y Constantina, por la que transita el Camino de Santiago y el sendero de vuelta del Arroyo de las Cañas. Es una zona de fincas ganaderas y agrícolas en las que destaca el típico paisaje de dehesa junto a algunas manchas de olivar. A partir del km 4,5 de nuestro recorrido el carril se va empinando suavemente, pasamos junto al cortijo Argamasilla (abandonado) y hacia el km 7,5 de nuestro recorrido llegamos a una bifurcación que puede confundir un poco. La flecha amarilla del Camino de Santiago señala al frente, pero nosotros tenemos que tomar un camino terrizo a la derecha con una subida un poco más fuerte hasta llegar al entorno del mirador del Azulaque que es la cota máxima del recorrido (540 m.) Desde aquí se puede admirar una buena panorámica hacia las sierras de Huelva y disfrutamos del olor de la flora mojada.
Tras tomar una fruta, continuamos nuestro camino entre diversas fincas en las que ahora predomina el olivar. Tras un par de km llegamos a la Carretera comarcal de Cazalla y transitaremos por ella otro par de kilómetros hasta llegar al camino peatonal por el que transitaremos otros kilómetro hasta llegar a la Ermita de la Virgen del Espino y por la calle Zabalza Tajonar llegaremos al centro urbano de El Pedroso.
En resumen, es una ruta sencilla y relajada, ideal para hacerla en un día no muy caluroso y en la que los tres km junto a la Carretera de Cazalla del final se hacen un poco pesados. De hecho, en wikiloc vimos varias opciones que hacen el camino a la inversa para quitarse cuanto antes esos kilómetros.
…en una cultura orientada a la producción se cree que pensar es no hacer nada y no es fácil no hacer nada. Se puede lograr disfrazándolo como hacer algo y ese algo más parecido a no hacer nada es caminar. […]Caminar supone un sutil equilibrio entre trabajo y ocio, entre ser y hacer. Se trata de una actividad corporal que no produce nada más que pensamientos y experiencias.
Para hacer esta ruta es necesario obtener una autorización administrativa que se puede conseguir on line (si se dispone de certificado digital de la FNMT clicando en este enlace, presencialmente en el Centro de Visitantes de El Bosque, a través del número de teléfono 956709733 o por correo electrónico: cvelbosque.amaya@juntadeandalucia.es.
El recorrido que describimos es la unión de dos senderos: el sendero hasta los llanos del Rabel (o del Revés) por una pista en muy buen estado rodeados de encinas centenarias, alcornoques, algarrobos, madroños, etc. hasta cruzar el Arroyo del Pinar por un puente de madera y alcanzar los LLanos de Rabel en donde encontraremos la Fuente de Frias, un espacio porticado con dos bancos y un llano en el que descansar y relajarse. Desde este llano se accede al sendero Camino de los Pinsapos en el que a atravesamos el bosque mágico, de gran frondosidad y belleza. Es un sendero de cierta dificultad, especialmente si llueve o ha llovido, porque se salvan 150 m de subida en apenas 1 km.
Dejamos el coche en un pequeño parking cerca del Puerto de los Acebuches en la Carretera que une Zahara con Grazalema. Desde el aparcamiento tenemos unas bonitas vistas sobre el Pantano de Zahara (o del Gastor) y sobre la falla de la Garganta Verde. Tras atravesar una pequeña cancela junto a la gran valla que cierra la pista forestal, entraremos en un camino en ligero descenso con el valle del Río Bocaleones (afluente del Guadalete) a nuestra derecha. La pista forestal, en suave descenso, nos sumerge progresivamente en los hitos de este paisaje serrano. Así podemos ver a nuestra izquierda cómo el Bocaleones se adentra en la Garganta Verde (ésa es otra ruta) y un poco más adelante nos encontramos con una Calera restaurada que nos habla de la producción de cal y sus usos. Poco a poco llegamos a un puente que atraviesa el lecho del Bocaleones.
En este punto llegamos a la base del Cerro de los Ballesteros, cuya forma piramidal destaca desde el inicio de la ruta. Aquí se inicia un leve ascenso mediante el cual rodearemos el cerro y, finalizada su circunvalación atravesamos nuevamente el Arroyo por un puente de madera para entrar en los Llanos del Rabel. En este lugar tenemos una buena vista de las sierras que lo rodean, a nuestra derecha las Sierras del Hinojal y de Zafalgar y frente a nosotros los picos que forman la Sierra del Pinar, entre los que destacan La Torre y el Torreón, y el pinsapar que crece en sus laderas.
Nada más entrar en los llanos, un panel informativo nos cuenta que a este llano venían a por agua los habitantes de los asentamientos cercanos; espacio que se convertía en lugar de reunión para pasar las veladas, que en muchas ocasiones se veían amenizadas con la música del Rabel, una especie de laúd de sonido muy agudo. Un poco más adelante veremos la hermosa Fuente de Frías en un lugar dotado con una marquesina con un par de bancos muy aptos para tomar una fruta antes de comenzar la segunda parte del sendero.
Aquí comenzamos una pequeña ruta circular que han denominado «Camino de los Pinsapos», que discurre por la parte baja de la falda de la Sierra del Pinar, justo en el lugar donde comienzan a crecer los pinsapos y se mezclan con un tupido bosque de encinas y quejigos, alguno de los cuales adoptan formas tortuosas y alcanzan tamaños muy considerables. Para llegar al comienzo del Camino de los Pinsapos hemos de cruzar el Arroyo del Pinar por una pasarela de grandes piedras estratégicamente colocadas. Así llegamos a un llano (podríamos llamarlo el llano del Bosque mágico) con las ruinas de un gran cortijo colonizado, en parte por los pinsapos.
Accedemos al camino junto a un panel informativo que nos cuenta la fauna y flora de este «Bosque Mágico» un precioso sendero circular corto y cómodo para senderistas con una mínima experiencia que es, sin duda, el plato fuerte de la jornada. Este camino, bien balizado y reforzado con troncos atravesados a modo de escalones para evitar desprendimientos. Conviene ir sin prisas y disfrutando del entorno. La noche anterior había llovido y los olores y sensaciones del paseo fueron excepcionales.
Finalizado el recorrido circular sólo nos queda desandar el camino, por la pista forestal para regresar al aparcamiento.
Todo este recorrido ha quedado registrado en este track. (Aunque el trayecto está diseñado para no necesitarlo)